sábado, 4 de noviembre de 2023

 

VUELTA OSTRERA, ¿INDULTO O AMNISTÍA?

 


 

 

El BOE ha publicado el inicio de la información pública del proyecto de demolición de la EDAR (estación depuradora de aguas residuales), llamada de la Vuelta Ostrera. Parece que en rigor debería llamarse depuradora de la Marisma de Cortiguera, según dice acertadamente ARCA, asociación ecologista que persiguió administrativamente su construcción hasta conseguir una sentencia del Supremo (año 2005) para su demolición y restitución del territorio ocupado a la situación original (85.000 m2).

Han pasado 18 años desde la sentencia y unos 23 desde su construcción por la Confederación Hidrográfica del Norte con un coste de más de 20 millones de euros.

Esta EDAR vino a solucionar la depuración completa del bajo Saja-Besaya, librando desde aquellas fechas a toda la ría y a las playas de Suances y Cuchía de una contaminación inaceptable.

La asociación ecologista ARCA consiguió una enorme victoria contra la administración que, sin duda, había actuado descuidando aspectos medioambientales de importancia como se demuestra en la sentencia de demolición.

Desde entonces, con gobiernos de todo tipo, se ha ralentizado la decisión del derribo y la reconstrucción de la planta en otro lugar correcto medioambientalmente. No es de extrañar, pues al enorme costo de una nueva EDAR se une la oposición de los vecinos afectados en los emplazamientos estudiados como alternativas. Un problema económico y político de difícil solución.

El presupuesto del proyecto de demolición que sale a información pública es de 12.230.000 euros. A esto habrá que añadir los costes de la nueva EDAR, que serán como mínimo unos 80.000.000 de euros. Cien millones en números redondos. Cien millones para sustituir algo que funciona pero que está mal situado desde el punto de vista medioambiental.

Siempre me pareció un lujo tremendo y desproporcionado para nuestro País esto de demoler y volver a empezar en cosas mal hechas, pero se ve que no tengo suficiente conciencia medioambiental. Los cien millones los vamos a pagar todos con nuestros impuestos, como hemos pagado la EDAR actual y realmente me duele. Porque creo que habría “cosas mejores” en las que invertir ese dinero. Ya sé que me dirán que ese dinero se lo gastarán los políticos en prebendas para ellos y fuegos artificiales para la ciudadanía, pero soy ingenuo y optimista por naturaleza y creo que podría asegurarse que ese dinero se destinará a mejores fines.

Y aquí es donde, con todo lo que se habla estos días, se me ocurre que podría pedirse una amnistía para la “Vuelta Ostrera”. O un indulto, o figura similar. Los jurídicos dirán que una construcción no puede ser objeto de esas figuras, pensadas para otros comportamientos humanos, pero no por eso me quedaré con las ganas de plantearlo.

Los pactos de investidura van incluir no solo la amnistía de los delitos cometidos por muchas personas, sino que incluyen también cosas bien materiales como las conocidas cercanías, deuda y otras muchas cosas menores que no sabremos nunca, aunque podremos sospechar. Se habla de miles de millones de euros de los próximos presupuestos ¿Que más daría incluir la amnistía para la Vuelta Ostrera y ahórranos así un dinerillo que, eso sí, podría utilizarse en algunas cosas pactadas? La asociación ecologista se opondría y consideraría que no es constitucional y que atenta al Estado de Derecho, pero ¿qué es ARCA comparado con un más o menos 50% de la población que también se opone a la otra amnistía, la buena?.

La amnistía de la EDAR significaría dejar las cosas como están, mejorándolas desde el punto de vista medioambiental, pero sin un coste excesivo. Por ejemplo: de los 100 millones que nos vamos a gastar en demoler y rehacer la depuradora se podrían consignar 20 millones en aplicarlos a medidas reductoras del impacto medioambiental que ha provocado. Creo que 20 millones dan para mucho en medidas atenuadoras del impacto. Pantallas vegetales, naturalización del entorno, etc… Se podría convocar un concurso de ideas al respecto. Los restantes 80 millones se podrían emplear en políticas efectivas medioambientales, por ejemplo, subvenciones a instalaciones eficientes en edificios en un radio de unos 2 kilómetros de la depuradora actual. Se puede discutir la cifra y la distancia, naturalmente.

Pero ¿cómo se consigue que este plan salga adelante?

Cantabria cuenta con 5 diputados en el Congreso. Hay que convencerlos de que su voto puede ser a favor de la investidura de Pedro Sánchez, si se incluye esta medida en los pactos. Y ya está. Bien fácil.